LA HORA DEL CUENTO
¡Bienvenidos a nuestro tercer viaje entre
letras!
En esta
nueva aventura traigo algo totalmente distinto e innovador a lo anterior; la
puesta en práctica de la literatura dentro de las aulas de infantil.
Desde los
comienzos de la educación se ha dado la Literatura como una de las ramas
artísticas que forman parte del itinerario académico. De este modo se busca
conseguir que la habilidad lectora y el gusto por la cultura y el arte nazcan
como un placer desde edades tempranas.
Esta
introducción, dentro del aula, puede hacerse mediante diversas estrategias como
pueden ser principalmente; narración con libro, cuenta-cuentos y lectura. Son
formas de transmisión literaria necesarias sobre todo en infantil puesto que
los pequeños a estas edades tienen mayor dificultad a la hora de mantener la
atención y de encontrar y mantener el interés por este tipo de actividades. Se
encuentran en etapas del desarrollo en las cuales necesitan estar en continuo movimiento
y con ganas de descubrir, por lo tanto es muy importante conocer sus
necesidades e intereses para poder adaptarse a ellas en todas las actividades y
no sólo en aquellas que surgen de mano de ellos como iniciativa propia. Aunque,
también es posible que, si este trabajo se hace correctamente, la lectura surja
en un futuro como propuesta de los propios alumnos.
En mi caso
particular he decidido escoger la transmisión de la historia escrita mediante
la estrategia de narración con libro pues era la que menos había podido
practicar en mis experiencias con niños y quería verme en la situación para
poder observar desde cerca cuáles son los aspectos en los que
"flaqueo" y cuales tengo interiorizados y entendidos. Además porque
considero que es, de las tres propuestas, la que más protagonistas hace a los
niños y más juego puede dar a la hora de trabajarla.
¿Con qué libro hago la actividad? ¿Cómo la llevo a cabo dentro del
aula?
A la hora de decidir con qué
texto quería llevar a cabo la narración tuve que tener en cuenta diversos
aspectos, pero principalmente a qué alumnos iba a ir referido, pues hay que
pensar en sus necesidades, intereses y momentos evolutivos. Por lo tanto, tuve
bastantes dudas, ya que no es sencillo encontrar el libro perfecto, que esté
hilado coherentemente con los receptores y con la estrategia de transmisión.
Realice una búsqueda por todos
mis libros de la infancia que todavía conservo y finalmente me decidí por uno
de mis favoritos cuando era pequeña y el que recuerdo que escuchaba con más
ganas y sin saciarme. Se llama “Con las
puntas de los dedos” y, como
os voy a contar más adelante, se trata de una historia muy dinámica y que con
facilidad va a atraer el interés de los pequeños.
Como ya se puede observar desde
su portada no encontramos únicamente las ilustraciones típicas que puede haber en un libro infantil sino que además están representadas unas huellas
del color del oro que se complementan con una frase de subtitulo que puede
servir como introducción a lo que va a ser el resto de la historia; “El libro con un camino de oro de ida y
vuelta”.
Una vez que abrimos la portada,
nos encontramos con esta dos primeras páginas:
Aquí ya se explica con más
detalle que vamos a necesitar las manos para seguir la historia y así se les
indica a los pequeños invitándoles a colocar sus dos manos en las hojas. De
este modo, se consigue que los niños sean parte activa de la historia y se
sientan parte de la experiencia, por no decir protagonistas. Lo cual me parece
muy importante pues cuanto más involucrados se vean ellos, mayor interés van a
tener y más gusto van a cogerle al arte literario y a todo lo que este
conlleva.
Por lo tanto se trata de un libro
en el cual cada nueva página lleva entrelazada con la historia el camino que se
tiene que seguir con la yema de los dedos para poder seguir el hilo de lo que
se está narrando.
Además, como se puede observar no
contiene mucho texto y las ilustraciones son grandes y reflejan muy claramente
lo que está escrito. Esto es muy importante en la estrategia escogida pues se
trata básicamente de contar lo que está ilustrado y no de seguir el texto.
Por todos estos motivos considero
que la mejor edad para introducir este texto en narración con libreo es en aulas
con alumnos de dos-tres años de edad. Elijo esta como etapa idónea pues los niños están desarrollando el autocontrol y el
autoestima, con lo cual he relacionado este momento evolutivo con la
importancia que se les otorga al ser participes de la narración al levantarse
para colocar sus dedos en el camino que indica el libro. Además el autocontrol
se puede observar también en el momento en el cual no son ellos los que se
levantan a dejar sus huellas, por muchas ganas que tengan, sino que va a ser
otro de sus compañeros y tienen que respetarlo y dejar sus impulsos y deseos de
un lado, y de ese modo, reafirmo, controlarse.
Como añadido argumentar mi
elección del aula indicando que durante estas edades los pequeños están muy
relacionados con el aprendizaje de los animales y es precisamente el tema
principal del libro seleccionado.
La manera de trabajarlo la abarco
de la manera más sencilla. Mi idea es colocar a los niños en un semicírculo en el
espacio dedicado a las asambleas o en algún lugar tranquilo, como la propia
biblioteca (si hay, porque no todas las escuelas infantiles tienen) o
llevármelos afuera, a cualquier sitio con césped donde se puedan sentar y
escuchar lo que voy a narrarles. La idea de ir fuera es la que más me convence,
pero sí es cierto que es la más “complicada” pues muchas veces no se dispone
del lugar adecuado o la temperatura no acompaña.
Escogido el sitio, les empezaría
explicando que voy a contarles un cuento con el que vamos a seguir un camino y
que por lo tanto necesito su ayuda. Así, les llamaría uno a uno en un primer
momento (sólo aquellos que se muestran interesados, sin obligar a nadie a hacer
algo que no quieren) y les indicaría que para “abrir” el libro y empezar la
historia deben colocar las manos en las dos estampas del principio que se
pueden observar en la foto colgada líneas arriba. De este modo ya se empezarían
a sentir parte de la actividad y se interesarán más en ver cómo prosigue.
Seguiría esta estrategia durante toda la narración, llamando a los niños
voluntarios para que siguiesen el camino de las huellas. Buscando siempre una
interacción constante.
Además introduciría algunas
preguntas durante el desarrollo de la historia y el paso de las páginas. Estas surgen como objetivo para ver qué van entendiendo de lo que les estoy
contando en base a sus propias realidades, como por ejemplo;
¿Os habéis perdido alguna vez de papá o mamá como le pasó al pequeño
cocodrilo?
¿Os gustaría bañaros en barro como hace el cerdo?
¿Os ha dado miedo la bruja Gertrudis?
Finalizada la narración dejaría
el libro en el rincón de lectura del aula para que todos aquellos niños que
quieran seguir descubriéndolo puedan hacerlo siempre que se les antoje.
¿Cómo he preparado la puesta en práctica?
Una vez superados los procesos
anteriores de elección de libro y edad con los que quería desarrollar la
actividad, me puse en el papel de la profesora que voy a ser el día de mañana y
decidí prepararlo todo para llegar al aula y hacer la narración con libro de la
mejor manera posible para conseguir mis objetivos; principalmente para que los
niños se sientan atraídos por el momento dedicado a la literatura dentro del aula
y que exista una conexión entre los pequeños y la narradora de la historia, yo.
Para ello dividí el trabajo en
pasos. Primero empecé con una lectura únicamente mental y personal para
entender la historia y analizar los momentos claves y las distintas estrategias
que se me podían presentar para realizar la narración delante de la clase. Pues,
aunque me lo hubiese leído y lo hubiese escuchado una infinidad de veces cuando
era pequeña, no me acordaba muy bien y además la lectura que realizaba antes y la que realizo ahora
son totalmente distintas, pues la visión de una niña no es la misma a la de una
chica de 20 años y mucho menos a la de una futura profesora.
Una vez que tenía clara la
historia y la forma en la cual quería transmitírsela a mis alumnos, pasé a
dejar de lado la lectura y empezar con la narración. Para ello les propuse a
mis cinco primos pequeños que se sentasen en semicírculo delante de mí para que les contase un cuento. Ellos al principio se mostraron un poco contrarios a la
idea, pues no querían dejar de correr dando vueltas por toda la habitación,
pero a medida que iba avanzando la historia les entusiasmaba más la idea de
seguir la narración, tanto con la escucha activa como con el juego de recorrer
sus dedos por el camino señalado y acompañar a los animales hasta el final del
camino. Repetí esta estructura varias veces, ya que ellos siempre me
gritaban “¡OTRA VEZ, LILI, OTRA VEZ!”. La forma en la que respondieron a la
propuesta me motivó bastante y, en cierto modo, me indicó que algo estaba
haciendo bien.
Por último, la misma mañana de la
actividad en clase con mis compañeras decidí sentarme delante del espejo de mi
habitación y narrarme a mi misma el cuento mientras iba enseñando las
ilustraciones del libro. Fue mi padre el que me aconsejó hacerlo pues a él le
servía mucho en las exposiciones de la universidad para practicar las caras y
los gestos. Me pareció una idea muy interesante y sobre todo importante para la
realización de esta actividad en concreto, porque muchas veces los niños buscan un
intercambio de miradas o una cara por parte de la profesora a modo de
aprobación o conexión y sentirse seguros. Volviendo así al concepto de
autoestima que trabajan en estas edades principalmente.
Por lo tanto, con esto último concluí mi ensayo de la actividad, pues me sentía preparada para
ponerla en práctica delante de mis compañeras.
¿Cómo es la puesta en práctica con mis compañeras? ¿Me evalúan?
La mañana de reunión con mi grupo
(Leticia Pascual y Esther Andujar) para llevar a cabo las estrategias elegidas he
de reconocer que estaba un poco nerviosa porque no es lo mismo hacerlo con
niños pequeños que con mis iguales. Pero esos nervios desaparecieron
enseguida pues me sentí muy a gusto con ellas y me di cuenta de que no tenía
ningún sentido que estuviese así.
Fui la segunda en presentar mi
estrategia y en pedir el feedback. Ellas me evaluaron muy positivamente. Me
dijeron que había conseguido que se metiesen en la historia y generarles así un
interés muy necesario en lo pequeños, sobre todo en los que yo había escogido
de dos y tres años. Me comentaron también que les habían gustado mucho mis
ideas para interactuar con los alumnos pues consideraban que esa es la parte
más complicada de la actividad y que había encontrado buenos métodos para
afrontarlo. A modo de critica constructiva me aconsejaron que levantase un poco
el tono de voz ya que en algunas ocasiones habían tenido que hacer esfuerzos
para escucharme.
En un segundo momento me cambie
de compañeras y me puse con Ana Gómez y Paula Zamora y repetí la narración.
Esta vez me volvieron a decir que les había gustado mucho mi método de afrontar
la estrategia y que además les había gustado mucho el cuento. Me aconsejaron
que me recogiese el pelo pues muchas veces se había colocado encima de las
páginas del libro y podía convertirse en un obstáculo para los oyentes a la
hora de visualizar las ilustraciones.
Por lo tanto, puedo considerar
que la evaluación que han hecho mis compañeras es mayormente positiva y que les
ha gustado mi trabajo.
¿Cómo me he visto yo?
Pasando ahora al terreno de la
autoevaluación y a la perspectiva personal he de apuntar algunas cosas. Para
empezar reafirmar que me he sentido mucho más a gusto y tranquila de lo que me
esperaba y eso es algo que valoro muy positivamente, tanto por el hecho de que
he mejorado con respecto al miedo que tenía de hablar en público, tanto como
por el buen compañerismo que ha surgido.
Ahora, analizando cómo he visto yo
que he desarrollado la actividad he de admitir que el resultado me agrada
bastante. Considero que lo he podido hacer como lo tenía planeado, a pesar de tener que corregir algunos detalles.
Como aspectos a mejorar sí es
cierto que debo alzar un poco más el tono de la voz y para ello debo seguir
trabajando en ganar seguridad en mí misma y perder la desconfianza y los
nervios. Y también debo tener en cuenta el detalle de recogerme el pelo, pues es algo que nunca antes había pensado y sí me parece muy importante cambiarlo.
CONCLUSIÓN:
A modo de síntesis y de evaluación
general de la actividad comentar que me ha resultado un proyecto muy
interesante y necesario para todas aquellas personas que el día de mañana
quieran dedicarse a la educación.
Me he podido dar cuenta de que
dista mucho la teoría de la práctica a la hora de hablar de actividades con
pequeños, pues por mucho que sepamos de documentación sobre cómo se debe hacer,
nunca nos vamos a dar cuenta de cómo de verdad se hace si no lo ejecutamos en
nuestras propias carnes.
He aprendido mucho en esta
tercera propuesta y me han aumentado las ganas de que llegue el día de mañana y
pueda realizar todas estas cosas con mis futuros alumnos y aprender de ellos
como ellos de mí.
Ahora, como digo siempre, sólo
queda seguir nuestra aventura volando entre letras y conociendo más la
Literatura.
PD: He buscado el libro en PDF o colgado online para añadirlo a la bibliografía, pues me gustaría que el lector del blog se lo pueda leer y entender mejor todo aquello que cuento, pero no lo he encontrado. ¡De todas formas si te quedas con las ganas me lo puedes pedir y te lo dejo con mucho gusto!
PD: He buscado el libro en PDF o colgado online para añadirlo a la bibliografía, pues me gustaría que el lector del blog se lo pueda leer y entender mejor todo aquello que cuento, pero no lo he encontrado. ¡De todas formas si te quedas con las ganas me lo puedes pedir y te lo dejo con mucho gusto!
¡HASTA LA PRÓXIMA VIAJEROS!
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.mundodescargas.com/apuntes-trabajos/psicologia_t/decargar_etapas-del-desarrollo-psiquico.pdf